De la pizarra al celular

La crítica situación generada por la pandemia viral ha obligado a educadores y estudiantes a iniciar un cambio educativo. Si bien un cambio de paradigma en el sentido de revolución descripto por Kuhn seria pretencioso presumo que la necesidad educativa exige a políticos, educadores y estudiantes a enfrentarse a nuevas maneras de enseñar y aprender.
Por: María Paz Peña
13/11/2020
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“Si enseñamos a los estudiantes como nos enseñaban ayer, les estamos robando el mañana”

John Dewey

Los maestros de las escuelas de gestión pública, en su gran mayoría, han estado acostumbrados a un sistema educativo pasivo o vertical, ajeno al diálogo, a la controversia y sobre todo a lo inesperado. El desarrollo de la clase es eminentemente presencial; la mayoría de los maestros están frente a los estudiantes, una pizarra detrás de ella o de él desde donde se leen las preguntas y respuestas. A esta estrategia le sigue un copiado por parte de los estudiantes, lectura en voz alta del maestro y en el mejor de los caso la repetición por el estudiante menos tímido. Habrá excepciones notables entre los docentes. Así como también escuelas con otros recursos como una computadora y una conexión a internet, quienes tienen la posibilidad de poder desprenderse, así sea por momentos, de la consuetudinaria rutina del aula paraguaya.

Pero llega la exigencia de cambiar de rol, de estrategia, de pizarra y de todo tipo de copiado de la pizarra. Los maestros se ven apabullados con tareas enviadas al celular y de ahí que vean que pueden hacer. Surgen toda clase de quejas y comentarios no solamente de la ciudadanía en general sino de los propios educadores. Nos quejamos y pensamos; no quieren poner de su parte, es lo primero que se nos viene a la mente. Pero… ¿por qué deberían estar contentos? ¿Estaban preparados para salir de su rutina caracterizada por la monotonía y la ingenuidad académica?

El maestro desde hace décadas ha dejado de recibir lo que le exige una enseñanza presencial de este siglo; es decir, una formación reflexiva, crítica y autónoma de aprender y de enseñar; al decir de H. Giroux (Los profesores como intelectuales, Giraux, H.). La exigencia de hoy, debido a la crisis, puso en evidencia muchas de las falencias que persistían ocultas. El docente siempre ha recibido para sus clases presenciales de pizarrón y tiza un plan de estudio: contenido, competencia, capacidad a lograr y lo que se debe copiar y leer. Si bien parecería una hoja de ruta bien detallada y sin mayores riesgos, con esta hoja el maestro pierde creatividad y autonomía. Dirían algunos que el maestro paraguayo no está en condiciones de estar solo, de dejarlo a su libre albedrío. Es cierto. ¿Pero qué hemos hecho para cambiar esa situación? ¿Cuánto nos hemos preocupado, los que tenemos la potestad de hacerlo, de mejorar la formación docente inicial? Vemos el resultado a la vista: maestros que de copiar de la pizarra, pasan a copiar al celular, estudiantes que copian de la pizarra, copian del celular de un familiar. Por tanto no nos quedemos quietos y satisfechos.

No necesitamos leer los resultados de las evaluaciones nacionales o internacionales para saber dónde estamos. La realidad de hoy nos muestra con crudeza cuál es nuestra situación y lo que nos espera en los próximos años. ¿Qué nos queda por hacer? Unirnos todos los educadores y reflexionar sobre los errores, omisiones, contradicciones del sistema educativo escolar. Dejar de estar polarizados y divididos. Más que nunca necesitamos de todos, de un diálogo constructivo y sobre todo de aprender a escucharnos.

¿Cómo despertamos el interés por la apasionante aventura de enseñar y aprender? ¿No sería oportuno formar maestros con competencias para sobrevivir en tiempos de crisis? ¿Sería oportuno que el MEC considere reestructurar la formación inicial de los futuros maestros con competencias de este siglo? Maestros sin pizarras y tizas, sin copiado y repeticiones, con o sin computadora o celular. Cambiemos el aprender con la repetición por la creatividad.

Recordemos a J. Bruner que nos enseñaba: “la esencia de la creatividad es descubrir lo que uno ya conoce para ir más lejos de lo que ya piensa”. Que realmente de esta crisis inesperada surja un nuevo paradigma y no caigamos en el gatopardismo de cambiar mucho para no cambiar nada.

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Por María Paz Peña, Especialista en Educación y Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), autora del Libro “Aprendizaje Exponencial”, asesora educativa de Paraguay Educa y el Portal Educativo META.

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